Toda la soledad. Todo el secreto.
Todo el silencio y la agonía.
Toda esa inútil rebeldía
(aquel mar turbulento y ahora quieto).
Un nombre que fue cielo y es arena.
Todo el cansancio acumulado.
Y todo indistintamente iluminado
por el sol vago, por esa luna ajena.
jueves, 19 de junio de 2008
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