Volver: eso quisieras. Pero no se desandan los pasos que hemos dado. Hoy, cuando llegues a casa, entrarás y no entrarás (entraré y no entraré) a la casa que dejaste.
¿Cansancio? Mucho más que las leguas recorridas, las leguas que nos esperan cansan. Porque es cierto: hemos logrado multiplicar en ellas aquellos símbolos desgarradores (esa rosa, esa guitarra).
Caminar, fatigar. ¿Tendrá sentido este derroche? ¿Estará mal pagar sosiego con olvido?
Pero podemos perdonarnos el fracaso, no la indiferencia o la cobardía. Tendremos que seguir. Mientras nos quede algo de razón, algo de locura...
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2 comentarios:
Ud. no deja de sorprenderme...
¿Y no será la indiferencia y la cobardía la cara oculta del fracaso?
" Mientras nos quede algo de razón, algo de locura"...Algo de locura, quizás, porque ella no tiene razones, es como el alma "no tiene planos".
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