viernes, 21 de noviembre de 2008

Hay una hora de la tarde en que parece...

Hay momentos de transparencia.

Hay una puerta estrecha y alta, un tilo y una vereda muy oscura. Hay un banco de una escuela que no es la mía. Hay una rambla, una puerta baja y una vereda de baldosas rotas.

Hay una madrugada de octubre. Hay una esquina mágica, vulgar.

Hay una hora de la tarde en el bar, cuando la oscuridad empieza a ganar las calles y las almas. Hay una hora de la madrugada en verano, cuando la noche se detiene y entre los dos queda solamente su silencio transparente.

Entonces parece que va a decir algo. Parece que la luna y el perfume y la mañana. Parece que vamos a decir algo. Parece que el ave y la ternura y la semana.

Nunca lo decimos, o lo decimos infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero parece imposible, o indecible, o impensable.

Nunca. Y piensa y miro y sonríe y entristezco. Y pienso y calla y escucho y ensombrece. E insistimos y esperamos y nos levantamos y recomenzamos.

Infinitamente.

3 comentarios:

hilda dijo...

Esta poesía es "infinitamente" bella y muy conmovedora, Tomás. Conduce hacia una mirada interna y muy íntima en el lector. Esas emociones que parecen esacparse desde lo cotidiano reaparecen como realidad a través de esos cristales transparentes o yo me animaría a decir, a través de cristales empañados,la pequeña verdad diaria asoma pero sin ser del todo vista.
Me encantaron esos versos libres de la carga verbal: "Parece que la luna y el perfume de la mañana", eso cuenta porqué la poesía necesita de tan pocas palabras, para mostrar tanto. Yo a veces,muy pocas, los uso, pero me cuestan mucho,tal vez por su simpleza...
Me gustó mucho tu texto. Estoy contenta, ya te lo dije seguro, de haber podido rescatarte del TVSR, en ese taller leí varias cosas tuyas, muy buenas, pero sin dudas, estos trabajos nunca los hubiese podido leer allí.
Un beso y nos seguiremos viendo

terricola dijo...

Hilda: es bueno saber que esas imágenes pueden conmover a alguien que no es uno mismo. Lo harán por razones distintas, seguramente, porque como decís en otro lado, la poesía siempre tiene una oquedad que termina de rellenar el lector, oquedad, por otro lado, que construyo en parte concientemente. Pero no tan distintas, en el fondo...

Y no, no hubiera mandado esto a TVSR, que ciertamente no apuntaba a la poesía. Y hablando de eso, si te decidis a compartir textos tuyos on-line, no dejes de avisar.

Sandra dijo...

Cada tanto vuelvo a leer esta prosa-poesía, que me conmueve por sobre la belleza de las demás... sus imágenes, esa colección final de desencuentros... Al punto de enmudecerme de palabra y de pensamiento.
Podría copiarla, para leerla cuando quisiera... pero me gusta volver y encontrarla.
Gracias por compartir este blog, Terrícola!